Los israelíes, los palestinos y los que no lo son - Marcelo Schejtman
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Los israelíes, los palestinos y los que no lo son

Los israelíes, los palestinos y los que no lo son

Mi buen amigo Adrián Katzew, con quien recorro el camino de la duda desde hace años, me compartió un podcast que tradujo en conceptos claros y palabras ordenadas, mucho del desorden en mi cabeza.

Thomas L. Friedman, es un periodista que por décadas ha cubierto el conflicto, ha ganado un Pulitzer por su cobertura del Medio Oriente, y es entrevistado en el prestigioso podcast de Ezra Klein. Este es el enlace para el que quiera invertir un ratito y entender mejor la complejidad de lo que enfrentamos.

https://podcasts.apple.com/us/podcast/i-have-no-idea-how-this-ends-ive-never-seen-it-so-broken/id1548604447?i=1000642204568

Casi al final de la nota, Friedman plantea seis cosas concretas para entender el conflicto desde un lugar más o menos sensato. Nos dice (lo que pongo a continuación no es una transcripción exacta) que tenemos que partir de tres premisas básicas con respecto a Israel y de otras tres acerca de los palestinos.

De Israel

  1. Lo que ha conseguido este pequeño país en setenta y cinco años es maravilloso. Renaciendo como un pueblo soberano en su tierra histórica, después de dos mil años de exilio, y solo tres años después de ser víctima del mayor genocidio perpetrado a cualquier pueblo en la historia. Con todo, Israel se ha logrado consolidar otra vez como una nación soberana y como una luz en el mundo con respecto a ciencia, tecnología, agricultura, artes…
  2. Israel, de manera sistemática, se ha comportado injustamente con los palestinos. Ha permitido el robo de sus tierras, no en las guerras sino en tiempos de una relativa paz, y ha perpetuado una relación de poder asimétrica y coercitiva, que aporta una cuota importante de violencia estructural a la actual dinámica trágica.
  3. Israel vive rodeada de enemigos. Líbano, Siria, Jordania, Egipto, y en un segundo círculo geográfico Irak, Irán, Turquía, Yemen… Cada uno con sus diferentes grupos paramilitares, guerrilleros, terroristas. Todos, excluyendo en las últimas décadas a Egipto y Jordania, con el objetivo inamovible de borrarla del mapa. En especial los palestinos de Gaza y Cisjordania, que a través de sus diferentes organismos, en el transcurso de la historia, han hecho todo lo que está en sus manos para destruirla, por todas las vías posibles.

De los palestinos

  1. En los años cuarentas del siglo pasado, sufrieron su mayor tragedia nacional (su “Nakba”), con la inmigración masiva de judíos y con la guerra que iniciaron y perdieron contra el recién nacido Estado de Israel, que dio como resultado el desplazamiento, ya sea por la fuerza o por miedo, de una gran parte de su población.
  2. Han desaprovechado casi cada una de las oportunidades que han tenido para vivir en paz, para florecer como nación, desarrollar su pueblo y su cultura. Y en lugar de eso optaron por el camino de la violencia extrema, del terrorismo y del fundamentalismo islámico, como el más representativo.
  3. Viven en un entorno muy hostil, tanto desde el lado de Israel, como también desde el egipcio, el jordano y, en especial, el de su propio liderazgo. Pocos en el mundo han sido tan autocráticos, corruptos, manipuladores y contraproducentes para su propio pueblo.

Sin embargo, yo le agregaría un lado más a esta relación fallida, violenta y trágica, de esas dos partes. La del mundo “imparcial”.

Sí, la tuya inglés, francesa, argentino, mexicana, español. Que criticas la respuesta de Israel porque es desproporcional. Lo es. El 64% de los palestinos encuestados (de acuerdo a la encuesta citada en el podcast de Klein) dicen conocer a alguien o conocer a alguien que conoce a alguien, herido o muerto por el ataque israelí a Gaza, tras el 7 de octubre. Israel ha caído en la trampa de la violencia extrema en la que no le conviene a nivel estratégico y la que no honra los valores por los que se ha creado y regido, más allá de sus errores, y de toda la desinformación, en el transcurso de su historia.

Ahora bien, tú, universitario estadounidense, chileno, holandés, fiscal sudafricana, que tanto te importan los derechos humanos, la justicia social y las leyes internacionales ¿qué dirías si te enteras, si sabes, que “militantes” de un pueblo han asesinado a más de mil civiles a sangre fría, violado masivamente a mujeres y niñas hasta matarlas, torturando chicos en frente de sus padres, hasta matarlos, padres enfrente de sus hijos, hasta matarlos, decapitado niños, secuestrado bebés…? Ciento treinta y seis israelíes, incluyendo bebés, siguen secuestrados en Gaza.

¿Qué dirías? Porque Hamas lo hizo en vivo y en directo el 7 de octubre a más de mil civiles israelíes y no dijiste nada. Lo festejaron públicamente, lo celebraron, lo presumieron y no dijiste nada… Si dices que eres imparcial y te describes como humanitaria, y entonces, con justa razón, te indignas en voz alta por la violencia de unos, pero no dices nada tras una masacre de las características ya descritas del otro, la cual fue anunciada y dirigida para que suceda justo como sucedió, y no responde sino a los más públicos de sus objetivos de secuestrar, torturar y asesinar civiles, y ante eso, no dijiste nada, pues tu imparcialidad se termina pareciendo a la más incongruente de las miradas parciales.

Todos tenemos que hacer un examen de consciencia incómodo. Todos.

Empezando por los israelíes, el paradigma que nos salvaba, de ser nosotros los iluminados y ellos los retrógradas, nosotros los verdaderos originarios y ellos los que llegaron después, y que por lo tanto que eso nos permitiría tener mayores derechos nacionales que ellos, no funcionó. El pueblo palestino está aquí, y es tan originario de esta tierra como el pueblo judío. Si lo que queremos es vivir en paz, no alcanza con la superioridad militar ni con nuestro derecho incuestionable sobre nuestra tierra ancestral.

El pueblo palestino también, es la principal víctima de Hamas, del fundamentalismo islámico, de su liderazgo y de la asimetría de poder con Israel. Pero serviría que en algún momento asuma su responsabilidad. Esta realidad trágica en la que vive fue creada en un gran porcentaje por ellos mismos. Ya no hablo de su liderazgo, sino del pueblo, que por más de un siglo ha optado por el camino de la violencia, y que no ha traído mas que muerte al pueblo israelí y más al suyo propio. Y hasta que no se libere de la cosmovisión en la que todo es culpa de Israel, de la ONU, de occidente… y nada es culpa de ellos, y mientras no le den una seria oportunidad a vías alternativas a esa manera de entender su realidad, y en tanto no se hagan cargo de las terribles consecuencias que sus propias decisiones les han traído a ellos mismos, su destino difícilmente va a cambiar para mejor.

Y tú, ciudadano del mundo, que no eres ni israelí, ni palestino, ni judío ni musulmán, ni árabe, ni kurdo, ni tutsi, ni ucraniano, ni ruso, y de verdad quieres involucrarte, lo cual ya sería una extraordinaria noticia, por lo bueno y por lo raro, primero infórmate. Y si quieres aportar tu opinión, lo cual sería aún mejor, opina pero con responsabilidad. Estamos en una época en la que si de verdad quieres saber, hay muchas fuentes y mucho mejores que las cuentas tendenciosas y parciales que todos seguimos en instagram, y que, como a un adicto fuera de control, nos dan lo que queremos recibir y siempre confirman lo que creemos, incluso si eso que creemos contradice toda realidad.

Para empezar, muy probablemente conozcas a alguien al menos medianamente inteligente y que sepa del tema más que tú. Antes de decirle lo que según tú los protagonistas deberían hacer, pregúntale. Pregúntale cómo está, pídele que te explique qué está pasando, qué cree él, cómo puedes ayudar, y no tomes como la única verdad nada de lo que te conteste, mucho menos si te da a entender que esa es la única verdad. Y después compáralo con otro que enfatice otros hechos, que viva el conflicto desde otro lado; todo eso te va a servir mucho más para formar una opinión bien fundamentada. Y así no sumarte ni a la gran mayoría que al no involucrarse permite que nada cambie, ni a los que opinan de manera superficial, o desde la judeofobia o la islamofobia (de ambos hay muchos), que ni siquiera saben que la padecen.

Te necesitamos, si alguien puede ayudar a vislumbrar un futuro distinto, eres tú. Este conflicto, como los otros, no solo es problema de los palestinos, los israelíes, los judíos y los musulmanes. Es de todos, y mientras que cada uno de nosotros no asuma el rol que le toca, el futuro se ve, por decir lo menos, terriblemente incierto.

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